viernes, 16 de septiembre de 2011

Víctor Gustavo Zonana

ARTE, FORMA, SENTIDO

La poesía de Daniel Devoto





Sobre el autor estudiado
y sobre el autor del estudio


DANIEL DEVOTO (Buenos Aires, 1916 – Hendaye, 2001), fue músico y musicólogo, estudioso de la literatura española medieval y contemporánea, de la literatura argentina, el folklore y la poesía popular, además de bibliófilo y promotor cultural. Su obra en estos campos es internacionalmente conocida. Por diversas causas, sin embargo, su creación literaria sólo ha sido apreciada por coetáneos y por un círculo de amigos y admiradores. El presente estudio se propone rescatar esta dimensión de su labor artística, para divulgar los valores de su poesía y así profundizar en el conocimiento de su obra y de la llamada “generación neorromántica del ‘40”, a la que perteneció.


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VÍCTOR GUSTAVO ZONANA nació en Mendoza (Argentina) en 1963. Es Profesor, Licenciado y Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente se desempeña como profesor asociado de la cátedra Literatura Argentina II (Siglo XX) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo e Investigador Adjunto del CONICET.
Realizó sus cursos preparatorios para el doctorado como pasante en la Unité de Formation et Recherche en Littérature Générale et Comparée, Paris III, Université de La Sorbonne Nouvelle, bajo la dirección del Prof. Dr. Jean Bessière en 1993.
Ha sido profesor invitado en la Universidad de Buenos Aires, Universidad del Nordeste, Universidad Católica Argentina (Buenos Aires), Universidad de Navarra, Université de Limoges y Université de Bretagne Sud.
Es autor de los siguientes estudios: Metáfora y simbolización en Altazor (1994); Sueños de un caminante solitario. La poesía argentina de Juan Rodolfo Wilcock (1998); Orfeos argentinos. Lírica del ’40 (2001); La poesía de Alfonso Sola González (2004); Eduardo Jonquières. Creación y destino en las poéticas del ’40 (2005); en co-edición con Hebe Beatriz Molina, Poéticas de autor en la literatura argentina. Desde 1950 (2007); en co-autoría con Marta E. Castellino, Poesía argentina. Dos miradas (2008).



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Fragmento de la Introducción
por Víctor Gustavo Zonana


Ex-libris de la biblioteca Devoto-Del Valle-Inclán
y retrato de Daniel Devoto y Mariquiña Valle-Inclán.

La figura de Daniel Devoto (1916 - 2001) es internacionalmente conocida por sus aportes en los campos de la literatura española medieval, el folklore, la poesía popular y la musicología. Del mismo prestigio gozan sus trabajos bibliográficos y bibliotecológicos y su labor como editor.

Su obra literaria, sin embargo, no ha merecido la misma fortuna. Varias son las razones de este hecho. Daniel Devoto mantuvo, especialmente después de la edición de su Libro de las fábulas (1943) un “implacable y saludable temor frente a la obra propia” . La actitud, que atribuye a César Vallejo, puede aplicársele perfectamente. Devoto restringió la circulación de su poesía y asignó a esta voluntad cierto valor saludable en un doble sentido: en primer lugar, porque consideraba que los poetas relevantes de su grupo eran sólo Olga Orozco, Eduardo Jorge Bosco y Enrique Molina; en segundo, porque se sentía no calificado para efectuar juicios de valor sobre su obra poética, especialmente en cuanto a su gravitación en el contexto de la lírica argentina. Empero, no hay nada más cierto que su vocación creadora, vocación germinal y de impulso sostenido. Y en cuanto al valor, las apreciaciones de Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Julio Cortázar constituyen autorizadas garantías y ofrecen ese criterio de “intersubjetividad” al que aspiraría el poeta.

Ese pudoroso descuido de su obra de creación explica, en parte, lo restringido de su circulación. Otra razón se encuentra en el modo de edición de la obra, especialmente a partir de su radicación en Francia en la década del ’50. Se trata de libros o plaquetas artesanales, sumamente cuidadas que responden a una alta consideración del poema como objeto estético. La edición cuidada genera además cierto “ritual” del acto de lectura: desde la entrega personal, numerada y dedicada del ejemplar hasta la fruición solitaria, una serie de etapas jalonan el acercamiento al texto. Hasta Fragmentos de los cánticos (1953), última obra publicada en la Argentina, a la edición artesanal de ejemplares dedicados a los amigos más próximos, se sumaba la de un conjunto mayor, de 300 ejemplares por ejemplo, no menos cuidada, pero sí realizada mediante un proceso “más industrial”, por calificarlo de algún modo. Las ediciones realizadas en Europa se reducen a un número máximo de 125 ejemplares, son básicamente plaquettes y se hallan fuera de circulación comercial. Como apunta su discípula y traductora, Sabine Collet-Sedola, pareciera que, a partir de su establecimiento en Francia, “las circunstancias lo orientan principalmente hacia la enseñanza y la investigación. A pesar de ello, el músico y el poeta permanecen en él, compañeros fieles del pedagogo y del investigador” . Por ello, la obra de creación queda confinada al círculo de amigos que evaluarían, posiblemente con benevolencia, estas “veleidades” del crítico erudito.
[...]

La recopilación de sus obras literarias (lírica y narrativa) permite completar esta faceta de su personalidad toda y efectuar un estudio de carácter introductorio. Su interés primordial consiste en rescatar del olvido la obra de creación del autor. Paralelamente, el análisis de la poesía de Daniel Devoto permite avanzar en una línea de investigación sobre la lírica neorromántica argentina del ’40. Su poesía ejemplifica de manera paradigmática dos aspectos que la crítica argentina atribuye de modo unánime a la lírica del grupo, aunque los valora de manera diversa: la asunción de la tradición literaria y el papel de la forma en el proceso de la creación. Tal como se intentará demostrar, estos son los ejes que permiten comprender e interpretar el legado poético de Devoto y, también, del programa que da unidad a los escritores de su vertiente.

A manera de conjetura se puede postular que, por su modo de asumir la herencia de la tradición, la poesía de Daniel Devoto prolonga las tentativas de Leopoldo Lugones, Enrique Banchs y Ricardo Molinari. Tal como se observa en la obra de los autores mencionados, en la poesía de Daniel Devoto la tradición no se asume de manera pasiva, sino con un decidido afán lúdico que lleva a la permanente transformación de sus posibilidades expresivas. El juego se establece no sólo con los materiales provistos por la tradición, sino también con el lector, desafiado a reconocer su lógica en el poema mismo o a veces, en indicaciones paratextuales presentes al final del libro.


[De: Víctor Gustavo Zonana,
Arte, forma, sentido. La poesía de Daniel Devoto,
Ediciones del Copista, Col. "Fénix", Córdoba, 2010, 192 págs.]


2 comentarios:

  1. Qué curiosidad. Lo había sentido, sí, nombrar a Daniel Devoto, pero creo que no he leído nada suyo. A uno de la dan ganas de encontrarse con esos tomitos raros, extraviados en el tiempo, en bibliotecas, porque quizá sepa que la recompensa puede ser mayor que la de una mera sorpresa.

    Saludos, adelante.

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  2. Gracias Pablo por compartir.

    Saludos.
    Alfonso

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